Por: Lizeth Moreno Hurtado
“Si el pelo es liso resulta mejor que tenerlo afro o tipo
rasta” expresó Heriberto Fiorillo en su
artículo de opinión para el periódico El Tiempo. El cabello extremadamente
crespo o apretado es uno de los principales tormentos de las mujeres afro, lo
digo porque hago parte de esa clase de cabellos rebeldes e intocables, que para
ser sincera es un don saberlos manejar. En años anteriores las mujeres negras
que vivían es Estados Unidos, eran discriminadas por sus cabellos apretados y
con poco movimiento. Por tal motivo, las mujeres afro cada vez más se
rebuscaban para estar a la altura de las mujeres de cabello liso, brillante y
sedoso. Keratina, Alisadora, secador,
plancha y extensiones fueron las mejores soluciones que las mujeres
afroamericanas usaron para ocultar su cabello voluptuoso y seco a través de
tratamientos brutalmente dañinos.
Los cabellos afro tienden a ser débiles y opacos. Por esta
razón, son de mayor cuidado. Los tratamientos como La Keratina, la Alisadora,
La plancha y el secador tratan de vendernos la posibilidad de tener un cabello
fuerte y sano, pero al contrario, poco a
poco van quemando el cuero cabelludo y a su vez opacando el brillo natural.
Estos implementos hacen que al momento de usarlo, cada hebra capilar se vea más
que perfecta y con menos volumen. Es por eso la mayoría de mujeres y no necesariamente afro,
muestran una leve adicción por los cabellos totalmente perfectos, es decir,
lisos.
Hay quienes dicen que las mujeres negras nos alisamos el
cabello porque estamos avergonzadas de nuestra tradición raizal. El cabello no
influye en la identidad cultural que se tenga. Yo vivo orgullosa de mi raza y no llevo el
cabello afro. Este rumor siempre me ha parecido absurdo, es igual que decirle
a una mujer maquillada, que oculta sus imperfecciones porque se avergüenza del
rostro que culturalmente le tocó.
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